jueves, 8 de enero de 2015

Tips para ser más felices

1. No olvides tus problemas, pero tampoco lo mucho que luchas. ¿En serio es la mejor idea? ¡Por supuesto! Como siempre lo he dicho, la perspectiva lo es todo. Si tienes tus problemas presentes y de igual manera tienes presente los grandes esfuerzos que te mantienen en pie, esa tremenda voluntad que no sabemos de dónde salió o tal vez sí y la forma en cómo has sobrevivido a ellos, la sensación será poderosa. Pero solo funciona si hay un equilibrio, de lo contrario, bueno, tratar de olvidarlos no funciona así que: a trabajar el equilibrio. 

2. Ten presente tu objetivo del día. Si no tienes uno, comienza a fabricarlo. No importa de donde saques las fuerzas (siempre y cuando no sean drogas, alcohol o algo que te haga daño o a los demás), porque todos necesitamos una meta cada día. Es más fácil llegar a nuestro objetivo principal, pasando por pequeñas metas, cada cuantos metros de avance. Es una manera de que aprendamos a reconocer nuestro trabajo y de recompensarnos debidamente, en vez de hacerlo solo cuando llegamos. La noticia es que casi nunca llegamos, porque no consideramos las razones por las cuales queremos llegar. A mitad del camino, simplemente olvidamos para qué estamos andando y retroceder es una opción. Pasos pequeños, pero seguros.

3. Ten al menos un buen amigo. Si, esos que son reales, que escasean. No es tan difícil identificarlos. Por lo general son ellos mismos. No busques que siempre esté para ti ni que resuelva tu vida. Solo busca que te diga la verdad sobre ti.

4. Come sano. La comida representa lo que quieres para tu vida, tu deseo de ser mejor o peor. Todos sabemos lo que es peor, evitemoslo.


lunes, 5 de enero de 2015

El problema de ser normales



http://goo.gl/1HBhKl

Todos los días son un simple reflejo de las circunstancias que nuestras acciones originan. Es de esperar que en unos momentos turbios, las cosas no se desarrollen debidamente, pero lo más interesante y probable es que por lo general, casi todo es culpa nuestra.

Si, al parecer no somos capaces de darnos cuenta de esto, al menos no a tiempo. La garantía de comparecer ante nuestra conciencia cuando es necesario, radica en un compuesto: podemos estar seguros de que las cosas van bien y de que debemos hacer algo al respecto, cuando no van tan bien. Así es posible entender por qué nos dejamos arropar por la complejidad que subyace en nuestra naturaleza. ¿Por qué es tan difícil seguirle el ritmo a las emociones, a las respuestas únicas de cada persona o simplemente a la gran cantidad de oportunidades que ofrece un razonamiento? No estoy segura de saberlo, pero de igual manera, las mismas ideas llegan a mi cabeza: somos adictos a la posibilidad de complicar la más mínima cosa o situación. Esto ocurre porque nos enseñaron a pensar que el éxito depende superficialmente de esto y que es una forma de auto retarnos para conseguir más o quizás llegar más lejos.


Entonces, como adicta a la complicación en proceso de recuperación, vivo un día a la vez, no más. Con uno me basta para entender el problema que encierra la normalidad. No porque me desagrade, sino porque tengo un propósito tan firme como mi falta de entendimiento sobre la complejidad humana: equilibrio. Que también es sinónimo de normalidad pero para otros, es un bienestar casi utópicoEl equilibrio comprende un arsenal de felicidad a la espera de ser  encontrado. Todos conocemos el alcance de esta clase de estado hipotético: si pasara esto, tuviera esto; cuando existe equilibrio se produce una relación obligatoria de auto respuesta y estos cuestionamientos se vuelven innecesarios, porque la lógica hace su trabajo. Este es el problema de ser normales: no hay nada mejor que la estabilidad obligada por un estado que no existe, salvo en las mentes de aquellos que perseguimos el equilibrio, utilizando mecanismos de defensa por si algo sale mal. La mente es fantástica, pero también lo es resolver un problema causado por la normalidad de la misma.

miércoles, 31 de diciembre de 2014


¿Por qué hay un año nuevo?


Lo que llamamos año nuevo, es una consecuencia inevitable del transcurrir de las unidades que marcan el tiempo, hacia adelante, siempre hacia adelante. Realmente, lo que un año tiene de nuevo es un conteo imaginario. Después, todo forma parte de un ciclo que no depende de nosotros, sino de una fuerza superior. 
Entonces somos inferiores en un sentido que ni siquiera es alegórico. Razonable, interesante. No controlamos el tiempo y sin embargo, osamos llamar nueva a la constancia de un período autosostenible.  Es apasionante sentir que podemos controlar todo, amamos el poder más de lo que soportamos la inteligencia, aunque no controlemos nada. Ese es el punto que nos lleva a llamar nuevo a un año: va a comenzar en nuestra cabeza y nos ajustamos a ese ¨comienzo¨.

Así es, se inicia y termina justo ahí porque para que algo comience, debe de haber estado en no movimiento o algo parecido y el tiempo es, según conocemos, fluidez interminable. ¿Dónde algo que no se detiene, comienza? En nuestro fascinante mundo ‘’controlado´´ y eso, es suficiente para nosotros. No necesitamos nada más que una idea como esa. Es tan poderosa que somos muy felices al celebrar la continuación de un ciclo que nunca se detuvo.
Felicidades a todos, en este período de tiempo que se sucede así mismo, porque seguramente, deseamos comenzar algo este 2015 para ser tan exactos como el año nuevo, según nuestra concepción súper optimista. Mis mejores deseos (sobre todo éxitos en todo lo que emprendan) :) :)





martes, 30 de diciembre de 2014

La verdad tras los problemas

  • Es difícil sonreír cuando tenemos un problema. 
  • Los problemas están a la orden del día.
  • Siempre pensamos en cómo salir de ellos.
  • Nadie quiere tener problemas.


Estas afirmaciones, son ciertas. Todos lo sabemos. Pero, si trabajamos con cada una por separado, nos damos cuenta de que la clave de una sonrisa diaria o quizás varias de ellas, se encuentra a nuestro alcance: la perspectiva. Siempre haré hincapié en la perspectiva, porque todo en la vida depende de cómo lo veamos, las cosas son más grandes o pequeñas de acuerdo a lo lejos o cerca que estemos de ellas (con esto no digo que le salgamos corriendo a los problemas), pero basta con intentar utilizar los ángulos a nuestro favor. Aquí va cada punto:

*Es difícil sonreír cuando tenemos un problema: si, porque permitimos que éste ocupe todo el espacio. Lo mejor es crear casillas de tamaño limitado para eso. Así podemos enfrentar las situaciones sin dejarnos atrapar por ellas. Si sientes que vas a sobrepasar tu límite de espacio, haz otra cosa y luego regresa. En ese proceso de refrescar tu mente, puedes hallar lo que buscas sin siquiera haberlo pensado.

*Los problemas están a la orden del día: y también lo están las buenas noticias, las personas especiales, los avances en artes, ciencia y cultura y las oportunidades que nos ofrece una mente positiva y saludable. ¿Entonces? nueva vez: perspectiva.

*Siempre pensamos en cómo salir de ellos: le otorgamos toda nuestra energía a la búsqueda de soluciones a los problemas, cuando muchas veces todo está en nuestras narices. Vuelvo y digo: a cada situación, la energía justa. No más ni menos.

*Nadie quiere tener problemas: pero igual están y algo tienen de bueno, la vida es más interesante así. Solo hay que ser fuertes y confiar en nuestras capacidades, somos seres increíbles. Es más, la mayoría de las personas del mundo, viven de los problemas de otros: si las personas no fuésemos propensas a las enfermedades y en consecuencia no las tuviésemos, los médicos solo fueran investigadores. El mundo esta lleno de problemas, hay que aceptarlo. Nadie los quiere en su vida, pero eso no va a pasar, así que: en vez de lamentarnos todo el tiempo, enfoquemos nuestra energía en ser los mejores solucionadores.


lunes, 29 de diciembre de 2014

La felicidad es una simple suma

Los números son una excelente manera de representar las situaciones que nos rodean, porque tal vez son lo más tangible que conocemos. Pero en el marco de las emociones, resulta sencillo refugiarnos en estos puntos negros: si, para mi son puntos. 

¿Qué necesitamos para ser felices? estoy segura de que la respuesta no está en los números, pero si en el factor suma. La suma es la adición de algo, entonces lo que digo es que, al sumar una serie de cosas podemos ser felices, es así de sencillo.


La única dificultad de este asunto, radica en elegir los números o factores correctos o dicho de otra manera, la identificación de aquellos puntos que debemos elegir para añadir a nuestra existencia de forma conveniente para nosotros y los demás. Cuando damos con los puntos correctos, somos felices. Es todo. 

Los días no son oportunidades como dicen...


Un día es un evento repetido, pero fuerte. Es una expresión del tiempo que creemos conocer. Solemos pensar que llega un nuevo día, cuando es lo contrario, nosotros llegamos a él. De ahí viene la idea súper optimista de pensar en que cada día tenemos la oportunidad de hacer algo, una cosa que nos guste o que tengamos que llevar a cabo por obligación. En realidad, lo que cuenta es el instante, el pequeño lapso de tiempo que ignoramos al esperar al día siguiente. 


Porque eso pasa, esperamos al día siguiente para emprender algo, porque suena más exacto, cuando en realidad no lo es. Nunca habrá un momento perfecto para comenzar algo, no es necesario un amanecer o un rayo de sol que ni siquiera es nuevo (tiene millones de años sin parar). Pero aun así, a pesar de todo, el mundo seguirá esperando al día siguiente. Somos perseguidores inconscientes de una exactitud que no existe e igual sigue siendo interesante pensar que cada día, es un lienzo para ejecutar ideas. Esto, es mejor que nada.


Imagen: http://goo.gl/RcVyiL